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El proceso de masificación de la educación superior iniciado hace
tres décadas en Chile, no solo ha permitido contar con una
población más escolarizada, con mayores competencias en
relación a generaciones anteriores, más vigilante del entorno en
que se desenvuelve, exigente en el respeto a sus derechos y más
autónoma para desplegar sus propios proyectos de vida, sino que
también ha reconfigurado la administración pública mediante la
aparición de ciertas funciones técnicas o reforzamiento de algunas
de ellas. Estas funciones incluyen un conjunto de profesionales
dentro del Estado, cuya labor favorece la toma de decisiones
basadas (o informadas) en evidencia para promover el uso
eficiente y eficaz de los recursos públicos.
Estos equipos, denominados en la literatura como
agencias de
intermediación (y producción) del conocimiento
, desarrollan un
papel clave en la Nueva Gestión Pública. Son los encargados de
tender un puente entre el mundo académico y los hacedores de
política, permitiendo a estos últimos disponer de resultados de
investigación que los orienten en el diseño, implementación y
evaluación de las iniciativas que de ellos dependen.
Actualmente, existe una gran heterogeneidad entre reparticiones
públicas del país en cuanto a la posición en la estructura
organizacional donde se ubican estas agencias, número de
personas con que cuentan y radio de acción de las funciones que
cumplen. Así, es posible encontrarlas en distintas divisiones de una
institución como responsables de externalizar estudios; como
unidades dependientes de gabinetes a cargo de estudios y/o
estadísticas; y como divisiones de estudios que dependen en
forma directa de la máxima autoridad de la repartición; entre otras
múltiples combinaciones.
El Ministerio de Educación –cartera responsable de casi uno de
cada cuatro pesos del presupuesto del sector público– cuenta con
un conjunto de personas encargado de la generación e
intermediación del conocimiento en el ámbito educativo. Se trata
del Departamento de Estudios y Desarrollo, un grupo humano
interdisciplinario, altamente especializado y de marcada vocación
de servicio compuesto por más de treinta profesionales, el cual
depende de la División de Planificación y Presupuesto de la
Subsecretaría de Educación. Dicho departamento asume funciones
técnicas mandatadas por la Ley Nº 18.956, tales como el
desarrollo de estadísticas, indicadores y estudios del sistema
educativo y otros roles en materias afines, incluyendo la
evaluación de programas, la promoción de la investigación externa
y la gestión de demanda contingente proveniente de las
autoridades y sus respectivos equipos.
El Departamento de Estudios y Desarrollo es al mismo tiempo un
Centro de Estudios, el cual está abierto a la comunidad de
investigación en educación y a la ciudadanía en general,
consciente de que no solo las autoridades, funcionarias y
funcionarios del Ministerio toman decisiones educativas, sino que
también estudiantes, docentes, asistentes de la educación,
sostenedores, apoderadas y apoderados requieren obtener la
mejor información disponible para orientar sus propias
determinaciones. Al respecto, el Centro de Estudios se ha
propuesto ser el referente institucional de información y
conocimiento para la toma de decisiones en materia educativa en
Chile, y, durante los últimos años, ha desplegado una serie de
iniciativas para acercarse a ese horizonte.
La presente memoria expone el recorrido que ha transitado el
Departamento de Estudios y Desarrollo/Centro de Estudios en el
periodo 2014-2017, desde sus aspectos más identitarios –como
su estrategia, cultura y estructura organizacional– y teniendo