jardines
infantiles
públicos
E L D E C I D I D O A V A N C E E N C A L I D A D D E L O S
A
ún no tiene nombre definitivo, porque lo van a acordar con
los padres y apoderados en un concurso, pero mientras
se le conoce como Jardín Gamero, y queda en la calle del
mismo nombre en la comuna de Independencia. Comenzó
a funcionar el 1 de marzo y atiende a 48 niños entre Sala Cuna y
Medio Menor.
Edith Vera, su directora, lleva 20 años trabajando en jardines Junji y
destaca la calidad de sus instalaciones. Paredes blancas, ascensor y
baño para personas con discapacidad, bibliotecas de aula, coloridos
resbalines y juegos de patio, llaman la atención en este edificio de
dos pisos, pequeño, pero con alto estándar.
“Los padres ya no ven el jardín infantil sólo como una guardería,
sino que también valoran el trabajo que estamos haciendo acá.
Cada momento durante el día es una enseñanza; la educación
parvularia es la base para los aprendizajes que van a tener a fu-
turo”, cuenta Edith.
El jardín Gamero es uno de los más de 4.200 establecimientos
públicos que existen a lo largo de Chile y uno de los 500 recintos
construidos con los nuevos estándares de infraestructura, que
implican, entre otras mejoras, eficiencia energética, calefacción
central y un aumento significativo en losmetros cuadrados por niño.
Desde el año 2014 a la fecha, eso ha significado un crecimiento en
más de 50 mil nuevos cupos.
Un esfuerzo en calidad al que se aboca desde su creación en 2015
la Subsecretaria de Educación Parvularia. “Nuestro propósito es
que cada niño y niña pueda desarrollar y desplegar al máximo sus
potencialidades y talentos, integrarse socialmente y construir su
propia identidad y proyecto de vida”, destaca Enriqueta Jara, Jefa
de la División de Política Educativa de la Subsecretaría.
En esa línea, entre el 2018 y el 2019 comenzará a regir el nuevo
currículum para este nivel, que establece los aprendizajes que
deben adquirir los niños y niñas en esta crucial etapa de su for-
mación. El énfasis está en que se les reconozca como ciudadanos
sujetos de derechos, además de incorporar temáticas de género
que promuevan una educación en igualdad, es decir, ir derribando
los estereotipos para que no existan roles o juegos determinados
para niños y otros para niñas.
Infraestructuraconestándar internacional,
un currículumacorde al nivel educativo
y certificación oficial.
Laeducación
parvulariasepone lospantalones largos.
Sumado a esto, el año pasado se inició el proceso de Certificación
Oficial de las Salas Cunas y Jardines Infantiles para asegurar que todos
cuenten con la infraestructura, equipamiento, proyecto educativo,
coeficiente técnico y condiciones sanitarias esenciales, de acuerdo
a las actuales normativas y exigencias para su funcionamiento.
Con estas iniciativas enmarcha, la educación parvularia estatal no
sólo se presenta como una buena alternativa para padres ymadres,
sino que además sitúa esta etapa educativa en el lugar quemerece.
“Yo creo que aún algunas personas no la ven como el inicio a un
nivel más de educación, pero es la base de todo. Nosotros marca-
mos a los niños y lo podemos hacer en forma positiva”, concluye
Edith antes de prepararse para la llegada de los apoderados al
flamante nuevo jardín infantil.
Educación Parvularia | pág. 15